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Ciudad de México. A menos de tres semanas de las elecciones que renovarán la Presidencia, el Congreso, nueve gubernaturas y numerosos cargos locales, los expertos señalan que la percepción de los ciudadanos sobre la economía jugará un papel crucial en el resultado de las urnas.
Las cifras oficiales revelan que la percepción de los consumidores mexicanos sobre la economía del país y la de sus propias familias ha alcanzado su punto más alto registrado hasta la fecha.
Según la última actualización de abril, el índice de confianza del consumidor en México ha alcanzado los 47.3 puntos, el nivel más alto registrado hasta la fecha, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este índice ya había mostrado una correlación con el contexto político en julio de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la elección con la promesa de impulsar un modelo económico centrado en los más necesitados: aumentó en 16.8 puntos en un mes y desde entonces no ha vuelto a alcanzar una magnitud similar.
Moritz Cruz, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que varios factores pueden influir en el voto, y la percepción sobre la economía es uno de ellos. "La percepción proviene de lo que estás viviendo, más allá de los indicadores macroeconómicos, cómo las decisiones políticas han impactado directamente en tu vida", amplió.
A pesar de la pandemia de coronavirus, que causó la mayor contracción económica en décadas, y una inflación acumulada del 30.4% en lo que va del sexenio, los indicadores de confianza en la economía familiar y nacional se encuentran en su nivel más alto.
Los datos macroeconómicos muestran que en promedio el crecimiento en los primeros cinco años de este sexenio fue del 0.9% anual, influenciado por la contracción del 8% en 2020 debido al covid-19, así como por la inflación causada en parte por la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania.
En otro aspecto, el desempleo ronda el 2.7%, el más bajo reportado, y hay regiones del país con escasez de trabajadores para satisfacer la demanda de la industria. Como parte de las políticas salariales, el salario mínimo ha aumentado un 90% en términos reales desde diciembre de 2018, mientras que la pobreza ha disminuido del 41.9% al 36.3%.
Moritz Cruz detalló que, más allá de los datos macroeconómicos, los aumentos salariales, el empleo y las transferencias monetarias de programas sociales son más cercanos a las personas y a su percepción de la situación económica. Y el voto es un mecanismo para cambiar su realidad.
Datos del Comparative Study of Electoral Systems (CSES) muestran que a nivel mundial, la probabilidad de que una persona vote en contra del partido en el gobierno si cree que la economía ha mejorado en el último año es solo del 0.33%, según un estudio de BGC, una consultora de opinión pública de Ulises Beltrán, académico y ex asesor técnico de los presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.
La tendencia del comportamiento de los votantes mexicanos no difiere mucho. En 2003, 2006, 2012 y 2015 estuvo ligeramente por debajo del promedio mundial. Sin embargo, los votantes utilizaron las elecciones de 1997 para castigar al gobierno por la crisis económica de 1994-1995.
En 1997, si una persona consideraba que la economía había empeorado el año anterior, tenía casi un 50% de probabilidad de votar en contra del Partido Revolucionario Institucional.
Del mismo modo, las elecciones de 2009 y 2018 se utilizaron para mostrar el descontento con la crisis de 2008 y la recesión de 2018, explicó. Al mismo tiempo, no se observa que la crisis económica derivada de la pandemia de covid-19 en el país se haya alejado del promedio mundial.
Fuente: La Jornada